Por Juan Pedro Núñez. El periodista Rafael Henzel, sobreviviente de la tragedia de Chapecoense, brindó una conferencia titulada “Superación. Mi segunda vida”, la misma se desarrolló en la sala “Ernesto de los Campos” de la Intendencia de Montevideo.

La organización del evento estuvo a cargo del Círculo de Periodistas Deportivos del Uruguay, que en el marco de su aniversario número 75, se encuentra desarrollando numerosas actividades en todo el territorio nacional.

Antes de empezar la charla, Henzel solicitó un aplauso cerrado de parte de todos los presentes (autoridades departamentales, comunicadores, estudiantes y público en general) para los 21 colegas que habían perdido la vida a causa del accidente.

Henzel comenzó describiendo la situación vivida momentos después del accidente. Sostuvo que, si bien nunca tuvo miedo de morir, vivió momentos de gran incertidumbre en el lapso entre el hecho en sí y el futuro rescate. “No tenía idea de dónde estaba el avión, se había desplazado casi 300 metros y tampoco sabía qué había pasado con las demás personas”, comentó el oriundo del estado de Santa Catarina.

Luego de haber sido recogido por una camioneta de rescate, dado que el terreno no era propicio para una ambulancia, debió realizar un trayecto de entre 15 y 20 minutos, aproximadamente, hasta llegar al punto de emergencia. A juicio del periodista, “fue un viaje eterno”.

Una vez internado comenzó a asimilar todo lo sucedido y entendió que, debido a la gran cantidad de lesiones que tenía (fractura de siete costillas), la recuperación no se iba a dar así de fácil, como pensaba hasta ese momento. A su vez, gracias al apoyo recibido, comenzó a entender la necesidad de llevar a cabo el tratamiento y que, si todos hacían lo que debían hacer, las cosas iban a mejorar.

Luego de comentar el accidente, Henzel deslizó una crítica para los medios de comunicación en general. El periodista hizo referencia a que se brindaron informaciones erróneas. A modo de ejemplo, se dijo que él se había quebrado una pierna y tenido contacto telefónico con la familia, cuando esto no era cierto.

Si bien entiende la necesidad de la inmediatez, requerida por las redes sociales hoy en día, sostiene que, en estas situaciones delicadas, es importante siempre verificar las noticias.

Tras esto, hizo una referencia a cómo y en qué cambió su estilo de vida. Comentó que “hay que vivir el día a día, los planes deben hacerse de un día para el otro, sin pensar en el año próximo”.

Con respecto al valor que los problemas deben tener sostuvo que “no es que nos van a dejar de importar, pero tenemos que aprender a ponerlos en su verdadero lugar, teniendo en cuenta la dimensión de ellos”.

Comentó que debemos (todos) salir de la “zona de confort” en la que nos encontramos y buscar siempre nuevas situaciones que nos permitan entender que todos los días nos encontramos frente a un nuevo desafío.

Para cerrar, manifestó que, si bien todas las personas podemos tener problemas, a tal punto que algunas de ellas hasta sostienen que no les gusta vivir, siempre debemos recordar algo: “no hay nada mejor, ni más lindo, que la vida”.