Cuando se aproxima el 24 de agosto de cada año siempre se vive con mucha intensidad el pasado en lo que es la Noche de la Nostalgia, pero el deporte también tiene una consagración que es justo destacar y que se podría definir como la jornada coronada con una medalla de oro.

Transcurrieron 10 años de la magnífica consagración del deportista uruguayo Marcelo Chirico en salto ecuestre.

El 24 de agosto de 2010, el jinete riverense Marcelo Chirico —entonces con 18 años—, obtuvo la Medalla de Oro en Salto Ecuestre en la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud, que tuvieron sede en Singapur, consagrándose como el primer Campeón Olímpico Juvenil en deportes ecuestres de la historia. Fue la primera —y sigue siendo la única— medalla de oro olímpica en un deporte individual que obtuvo Uruguay.

El camino hasta el triunfo en Singapur fue largo. Marcelo se inició en las competencias de salto a los 8 años, y fue haciendo de ello mucho más que un deporte de fines de semana, lo que le permitió ir creciendo, y acumulando experiencia y premios a nivel local, nacional y regional. Ganó el Campeonato Nacional de Salto por 9 años consecutivos en diferentes categorías, siendo dos veces Campeón y una el Vicecampeón en la categoría principal.

Para lograr su lugar en los juegos Olímpicos de la Juventud, debió pasar primero por pruebas de clasificación en Uruguay, que lo habilitaron para las pruebas clasificatorias sudamericanas en Valdivia (Chile). Allí fue el jinete ganador en todas las pruebas (que se realizaron con caballos sorteados, provistos por la organización), con recorridos sin faltas, y siempre con el mejor tiempo, conquistando así para Uruguay el primer lugar en dicha clasificatoria.

Ya en Singapur, la competencia —también con caballos sorteados que proveía la organización— no dio lugar a “hacer conjunto” entre caballo y jinete. Unas pocas instancias de entrenamiento en pista, y ya empezaban las competencias oficiales, individuales y por equipos. Uruguay participó junto a los demás competidores de Sudamérica, siendo Chirico el mejor jinete de su grupo, pero la medalla por equipos se la llevaron los europeos, grandes favoritos de la competencia grupal, aunque no pudieron llegar al podio de las pruebas individuales, llevándose el oro el uruguayo Marcelo Chirico.

Luego de Singapur, Marcelo siguió avanzando en su carrera como jinete. Fue Campeón Sudamericano categoría Junior (2010), y Vicecampeón Sudamericano categoría Young Riders (2013). Participó en los Juegos Odesur de Chile, en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, Toronto y Lima, en los Juegos Ecuestres Mundiales de Tryon, y en pruebas internacionales de gran nivel, midiéndose con algunos de los jinetes más destacados del mundo. Fue el primer uruguayo en clasificar para la final de la World Cup, no pudiendo participar ya que su caballo debió ser sometido a varias cirugías previo al evento. También logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río 2016, aunque no llegó a ocupar el único cupo que tenía Uruguay.

Habiendo estado radicado en Brasil y en Europa, Marcelo sigue compitiendo en representación de Uruguay, fue campeón en varios Grandes Premios a nivel regional e internacional y trabajando intensamente en búsqueda del sueño máximo de cualquier deportista: llegar a competir en los Juegos Olímpicos de mayores.

Actualmente, Marcelo Chirico reside en Barcelona, España y a la distancia comentó cómo vive esta fecha de la nostalgia deportiva: “Para mi es una fecha muy especial, lo que logré en aquel 24 de agosto de 2010 en Singapur resultó un antes y después para mi carrera deportiva. Incluso, luego me fui a Brasil, donde estuve un buen tiempo y cuando anunciaban mi nombre en las competencias locales e internacionales, siempre hacían referencia a la medalla de oro conseguida en los Juego Olímpicos de la Juventud. Ahora me vine a España, resido en Barcelona y sigo preparando el gran sueño de mi vida, trabajo para poder estar en los Juego Olímpicos de 2024. En Europa hay buenas posibilidades de progresar, ya que la mayoría de los países cuentan con jinetes y caballos de primer nivel, entonces, competir en este ambiente sirve para crecer deportivamente. Antes de la pandemia, me encontraba en un gran momento de la preparación. Incluso, con una programación muy importante para este año, pero, lamentablemente, todo se suspendió y ahora poco a poco estamos comenzando de nuevo”.

Sin duda, Marcelo Chirico es un gran embajador del deporte uruguayo y luego de aquel despegue del 24 de agosto de 2010, no se quedó en eso, sino que procuró seguir progresando en procura de otro sueño, que seguramente, de lograrlo, significará otra jornada para la nostalgia.