Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, postergados este año, se realizarán el año próximo. Con o sin pandemia. Con o sin vacuna contra el coronavirus. Así lo dejaron en claro tanto el Comité Organizador como el Comité Olímpico Internacional. Pero como al mismo tiempo ambos sostienen que pretenden unos Juegos que sean “seguros para todos”, hubo un simulacro para poner a prueba las medidas sanitarias y de prevención del coronavirus que se aplicarán en Tokio 2020.

Durante tres días se ensayaron las normas de control en las áreas de acceso y tránsito de los espectadores y del personal. Se probaron los detectores de metales, escáneres, cámaras térmicas y termómetros infrarrojos para medir la temperatura a distancia. Y se instó a los participantes a respetar el distanciamiento social.

“Estamos probando varias medidas contra la pandemia. Nuestro objetivo es demostrar lo que estamos haciendo para la seguridad y protección de los Juegos Olímpicos”, afirmó Tsuyoshi Iwashita, director ejecutivo de la oficina de Seguridad de Tokio 2020.

Dos fechas están en la mira: del 23 de julio al 8 de agosto (Juegos Olímpicos) y del 24 al 5 de septiembre (Juegos Paralímpicos). Por eso la necesidad de que el protocolo de seguridad funcione a la perfección.

Con tapabocas y protectores faciales transparentes, el personal de seguridad de una empresa privada japonesa les tomó la temperatura con termómetros infrarrojos a “espectadores” elegidos que pasaron por los controles de equipaje y detectores de metales que ya forman parte de la rutina en el ingreso a los Juegos Olímpicos. Y, por supuesto, se les recordó la importancia del uso del sanitizante de manos y los tapabocas.

Una de las medidas más innovadoras fue la utilización de unos stickers termosensibles que los voluntarios se pegaron en sus muñecas. Esa especie de calcomanía se pone roja si la temperatura de la superficie supera los 37 grados, un indicio de fiebre y uno de los síntomas más comunes del Covid-19.

Tras esos primeros controles el personal les pidió a los asistentes que tomaran un sorbo de su bebida, si llevaban alguna. Es que los organizadores planean permitir que los espectadores ingresen a los estadios con una botella propia, pero exigirá que se pruebe su contenido con antelación para comprobar que no sean sustancias dañinas.

Para su propio personal la organización contempla además el uso de cámaras térmicas para comprobar la temperatura a su llegada a los escenarios y tecnología de reconocimiento facial.

“Esta semana hicimos un experimento e intentamos trabajar con un protector facial. Y aunque la temperatura era baja, sentí el calor. En los Juegos habrá mucha más gente y estaremos en una época mucho más calurosa. Me preocupa mucho que mi sudor gotee en el protector facial. Habrá que pensar en eso también”, comentó Kozue Tanno, quien trabaja como guardia de seguridad y estará afectado a los Juegos.

Las pruebas tuvieron como objetivo también recopilar datos, como el tiempo necesitado para el control por cada espectador. Otros aspectos del protocolo son los procedimientos de desinfección que se realizarán en las sedes de los centros olímpicos y los pasos a seguir en caso de descubrirse un brote de contagios entre el personal o los voluntarios.

“Estamos probando y analizando diferentes métodos y múltiples escenarios”, aseguró Iwashita. Y agregó: “Todavía no tenemos una respuesta correcta. Aún estamos pensando y planeando qué debemos hacer. Ese es el gran desafío: descubrir qué tipo de método es el adecuado para el evento deportivo más grande del mundo”.