La noticia conmovió, ya que falleció el periodista Marcelino Iroldi, luego de soportar una larga enfermedad.

Iroldi fue un referente del automovilismo, donde se desempeñó con sus relatos en Radio Nacional hasta las últimas semanas.

Los problemas de salud comenzaron a manifestarse en el inicio del 2019, sobre los cuales Marcelino entabló una guerra fiera para derrotar el mal, incluso, con un estado de ánimo encomiable. Pero lamentablemente lo vencieron.

Ante el desenlace, el periodista de automovilismo, Mario Rosa, escribió una editorial de gran sensibilidad en el sitio digital Motores en Punta, cuyo título es el siguiente: “Vas a su encuentro”. Mientras que es texto expresa: “No hace mucho, mediados de enero, en esa largas recorridas que hicimos juntos, recuerdo perfectamente que el hilo conductor de una de nuestras charlas, se originó en que estabas extrañando mucho a tu hermano; que sentías que él te estaba llamando y que por sobre todas las cosas, sentías que él no había podido disfrutarte haciendo todo lo que hiciste desde un micrófono…

Y en ese momento tan especial, imaginé a tu hermano haciendo un guiño desde el más allá, cómplice, feliz por lo que habías logrado y feliz por verte remarla contra viento y marea fiel a tu loca forma de ser y de sentir las cosas.

No sé si fue el tono de mi comentario, o mi cara, o mi mirada, o qué. Pero logré sacarte una linda sonrisa, sincera, como si efectivamente te dieras cuenta de que allá él te está esperando junto a otros, para empezar a vivir esa vida que aquí les quedó pendiente.

Luego seguimos el camino, con alguna discusión mediante -típica de tu diario vivir- hasta llegar al Mercado del Puerto ya caída la tardecita de enero.

Un periplo que se repitió varias veces pero, sin embargo, nunca más volvimos a hablar de esas ganas que sentías de reencontrarte con tu hermano. Un sentimiento, puro, íntimo, solo tuyo.

Hoy es el día. Allá vas.

Gracias por tus locuras, gracias por invitarme a ser parte de ellas…por más que muchas veces no las compartía. Contigo aprendí que hay cosas que solo determinadas personas pueden hacerlo y por más que se intente, no hay otro igual. No habrá otro “Caballo Loco”, dalo por hecho.

Admiro tu entereza de esos lunes y martes de enero que compartimos. No te estaba ayudando, estaba recibiendo una lección de vida…

Buen viaje. Y no te olvides de llevar tu micrófono…

Aquí, cientos de micrófonos se encienden. Ellos nos recordarán por siempre tu paso por nuestras vidas”.